Archivos para noviembre, 2012

El 14-N, la fecha en la que los indignados europeos tratarán de «reconquistar un nuevo futuro , sin el capitalismo y neoliberalismo asesino»

Los activistas reunidos en el encuentro internacional de Madrid ‘Ágora 99’, organizado por el 15-M, apuestan por la unificación de las protestas a nivel europeo

Han venido a Madrid con este propósito y ya han dado el primer paso: el próximo 14 de noviembre, día en el que los sindicatos de los países del sur de Europa han convocado huelga general, también será la fecha en la que los movimientos sociales contra la austeridad saldrán a la calle para protestar contra la deuda y demandar nuevos derechos que defiendan a la ciudadanía del paro y los recortes sociales. Éste se dibuja como uno de los acuerdos de mínimos al que activistas venidos de buen número de países europeos han llegado en las asambleas del ‘Ágora 99’, el encuentro internacional organizado por colectivos del 15-M que se celebra estos días en Madrid.

Las grandes centrales de trabajadores de Francia no convocan huelga y, de momento, tampoco manifestaciones para esta fecha. «Si los sindicatos llaman a la movilización, nosotros iremos con ellos. Si no lo hacen, la convocaremos nosotros» relata a Público Sophie Banasiak, una joven parisina de 27 de años de la asamblea surgida a raíz de la versión francesa del colectivo Democracia Real Ya.

Mientras, en Italia los sindicatos han convocado un paro de cuatro horas y marchas en las principales ciudades. Pero los activistas de los movimientos juveniles aseguran que quieren darle a esta jornada «una nueva dimensión», movilizándose por una nueva agenda de derechos. Por eso, están convencidos de que 14 de noviembre es una fecha para «intentar reconquistar el futuro» y «señalar a los que nos lo están robando», explica Angela Balzano (ver entrevista), otra activista italiana de la coordinadora ‘Global Project’.

«Los Estados son la barrera de contención de las reacciones generadas por las políticas de la Troika»

En las distintas asambleas y talleres que tienen lugar estos días en el marco del ‘Ágora 99’ todos han coincidido en que la protesta no puede dirigirse contra los distintos gobiernos de los Estados que componen la UE, sino a las propias instituciones supranacionales que están tomando las decisiones sin control democrático. «Los Estados están funcionando como barrera de contención de las reacciones que generan las políticas que decide la Troika», señalaba la ponente de una de las mesas redondas.

Sin embargo, estos movimientos insisten en la necesidad de dotarse de su propia agenda de reivindicaciones y unas líneas políticas propias, más allá de las de los grandes sindicatos de cada país. Consideran que éstos dejan fuera a los nuevos sujetos que están sufriendo la crisis: «jóvenes precarios y estudiantes, inmigrantes, mujeres, LGTB, dependientes…». Y por eso apuestan por nuevos derechos para el «el 99% de Euoropa».

«El Ágora 99 está siendo una gran oportunidad para conocer lo que está pasando en otros países y para crear redes de coordinación de cara al 14 de noviembre y en adelante», comenta Sophie Banasiak. Ella, al igual que los demás asistentes al encuentro, cree que esa será la fecha de arranque para nuevas protestas.

Después de la conversación, Sophie y Angela se van a las siguientes reuniones, todo el día está plagado de citas ineludibles y los activistas apenas tienen tiempo para comer. Esperan poder llegar con acuerdos a la asamblea final del encuentro que tendrá lugar el domingo. Después, volverán a sus países y se pondrá a manos a la obra.

 
POR: JUAN TORRES
 
Juan Torres López es Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla
 
 
 

El Partido Popular y el Socialista se han negado durante años a tomar cualquier tipo de medida para frenar la avaricia de los bancos y poner fin a uno de los hechos más vergonzosos y antisociales que vienen ocurriendo en España: los desahucios de cientos de miles de familias.

A los dirigentes de ambos partidos les viene dando igual que los mismos bancos que han provocado una crisis que los ha dejado sin ingresos o empleo impidan que millones de españoles disfruten del derecho a la vivienda que consagra nuestra Constitución. Los gobiernos de ambos partidos, el anterior de Zapatero y el actual de Rajoy, no solo han sido completamente insensibles al dolor y la tragedia que padecen tantas familias, sino que, para colmo, no han dudado nunca a la hora de enviar a la policía para defender los intereses bancarios a base de palos y palizas a quienes han tratado de defender un derecho constitucional tan elemental y humano.

Han demostrado a las claras que el afecto que dicen sentir por la Constitución tiene un límite tajante: los intereses de la banca y los privilegios de los banqueros, los amos verdaderos de unos partidos que mantienen su poder y ventaja electoral gracias a los préstamos y a las ayudas de todo tipo que con infinita generosidad les conceden desde hace años las mismas entidades que son inflexibles ante las familias sin ingresos que no pueden pagar sus hipotecas.

Sin embargo, una vez más podemos comprobar que ningún poder es invencible frente a la movilización social. Ha costado cientos de manifestaciones y de palizas, heridos y hasta muertos, pero por fin la presión social está obligando a que el gobierno ponga sobre la mesa el cambio de una legislación reaccionaria que solo viene a proteger los intereses de la banca frente a los de toda la sociedad. Porque lo que está ocurriendo es justamente eso: que la movilización y la solidaridad ciudadana obligan por fin a que el gobierno y la oposición muevan ficha y cambien una actitud que hasta ahora ha sido de completa indiferencia. Los hechos están demostrando claramente que si no se hubieran producido las protestas, las manifestaciones, las huelgas, los enfrentamientos con la policía, las denuncias y, en definitiva, la respuesta ciudadana ante una situación social injusta, los desahucios seguirían produciéndose indefinidamente dejando a muchas más familias en la calle.

Es muy importante que la gente sepa esto y sea consciente de su poder, que no crea ingenuamente que los partidos mayoritarios y el poder político han cambiado de posición y dicen estar dispuestos ahora a modificar la legislación por iniciativa propia. Solo lo hacen por efecto de la presión y la movilización social, como ha ocurrido siempre que se han producido avances favorables al bienestar y la justicia, demostrándose así la falsedad de esos discursos que constantemente nos dicen que las huelgas, los sindicatos o las protestas en la calle no sirven para nada.

Es por es razón que creo que debemos alegrarnos de que el gobierno haya anunciado por fin que está dispuesto a resolver el problema de los desahucios, porque se demuestra así la utilidad de las movilizaciones sociales y que solo con ellas se puede evitar que nos quiten nuestros derechos más elementales.

Pero precisamente porque demuestran esto es por lo que no debemos bajar la guardia. A la vista de su comportamiento previo, no cabe esperar que ni el gobierno ni el partido socialista jueguen limpio ahora y que de pronto dejen de ser esclavos de la banca que los financia. Solo podremos esperar que se den soluciones efectivas y adecuadas al drama de los desahucios si la movilización social se mantiene y se refuerza, incluso en mayor medida que antes.

Ahora es el momento de que la ciudadanía haga ver que lo que está en juego no es la adopción de cualquier tipo de chapuza legal que dé largas al asunto de fondo, sino la garantía de que todos los españoles y españolas puedan disfrutar con efectividad del derecho constitucional a la vivienda.

Por eso, ahora es el momento de seguir presionando para que no solo se tomen medidas que eviten los desahucios en el futuro sino para que se garantice que recuperen su vivienda los miles de familias que la han perdido injusta y vergonzosamente en estos últimos años.

No podemos consentir que los dos partidos mayoritarios se quieran poner ahora una medalla simplemente aflojando un poco la soga que ata a las familias más desprotegidas y humildes. Hay que exigir que se rompa para siempre con los privilegios legales que han concedido tanto poder y beneficio a la banca, no solo reconociendo la dación de pago, sino aliviando la deuda hipotecaria resultante de tasaciones artificialmente elevadas, generando un parque social de viviendas que permita el acceso a ellas de quienes no disponen de ingresos suficientes devolviendo, como he dicho, la suya a quienes la han perdido en los últimos años. No basta con que los dos grandes partidos negocien entre ellos soluciones de compromiso, seguramente buscando tan solo el beneplácito de la banca, sino que deben escuchar a las organizaciones y movimientos que han estado en la calle defendiendo a los desahuciados, para garantizar, en definitiva, que el derecho a la vivienda sea efectivo para todos.

No podemos consentir que se limiten a lavarle la cara a los bancos. Se trata, por el contrario, de obligarles a rescatar ahora a las miles de familias que estos han llevado a la ruina. Y la historia y los hechos recientes demuestran que con la movilización social podemos conseguirlo.

 

Las últimas estocadas a gran parte de la ciudadanía, entre las que se destaca el cierre de hospitales o el pago de las recetas médicas, por ejemplo, han dado mayores fundamentos a los principales referentes de las centrales sindicales para hacer un llamamiento masivo a la huelga. El PSOE por primera vez se ha sumado explícitamente a este mensaje, con un vídeo animando a sus militantes y ciudadanos a sumarse a la protesta. Nunca antes había lanzado un respaldo así, tan directo, mediante estos métodos de apoyo a una huelga general.
Cada uno de los habitantes podrá ejercer el derecho que le corresponde de plegarse o no a la medida, que en sus fundamentos es lícita e irreprochable. Pero detrás de escena hay circunstancias que convendría analizar. Mientras el país se cae a pedazos, un grupo de diputados secundarán la huelga “como trabajadores más” que son.

 

 
Ellos no acudirán mañana al Pleno del Congreso ni siquiera para votar los polémicos Presupuestos Generales del Estado para 2013 que critican, en verdad plagados de tijeras y hachazos a los servicios básicos para la ciudadanía que contradicen aquella espeluznante sentencia de quien los definió como “los más sociales de la historia de la democracia”.

 
Los diputados huelguistas son los que conforman el grupo parlamentario de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), tres parlamentarios de Esquerra Republicana (ERC), los dos del Bloque Nacionalista Galego (BNG), el de Nueva Canarias (NC) y el de Compromís-Equo. En un estado de emergencia nacional, con el deterioro permanente de la calidad de vida de los habitantes ¿es adecuado que nuestros representantes políticos evadan su deber institucional que le han conferido los ciudadanos para ocupar cargos públicos, argumentando que ellos predican con el ejemplo de lo que quieren reivindicar para no acudir a su puesto de trabajo?

 

Por:  Fabrizzio Chavarria Velazquez.

El pueblo esta realmente molesto y harto de este modelo empobrecedor en toda Europa que  envejece a los jovenes y mata a los viejos y niños  .  El pueblo le dice basta a los  Bancos que merman el dinero del pueblo  ,  donde se lo llevan???  FMI , Banco Mundial se convierten en complices de asesinatos  en silencio y en masa.   

Este 13N  es el inicio de la huelga general  este 14N  , una huelga que han convocado los sindicatos, el principal interrogante por estas horas se centra en el grado de adhesión que tendrá la convocatoria, como siempre en estos casos. Pero más allá de que miles de españoles se sumen o no a la iniciativa sindical, el trasfondo de la cuestión radica en si finalmente algo cambiará radicalmente en las políticas oficiales, que es el objetivo de la protesta.

 
Envalentonados por los resultados de la presión social en el tema de los desahucios, que han permitido al menos una reflexión y un replanteo de las instituciones y la banca tras la muerte de Amaia Egaña, los artífices de la convocatoria sueñan con llegar hasta la médula de las medidas del Gobierno, y torcer (al menos, en parte) el rumbo de las cosas.

 
Hay que recordar que este segundo paro nacional contra Mariano Rajoy se enmarca en una jornada de «acción y solidaridad» en toda Europa organizada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que tendrá réplicas en Portugal, Italia, Grecia, Francia y Alemania, entre otros países, con otras manifestaciones y concentraciones de protesta.

 


Los sindicatos aseguran que esta huelga promete un perfil más heterogéneo de adherentes, quizás como nunca antes, y que no resultará un fracaso. Es verdad que muchos de los que mañana no acudirán a sus puestos de trabajo y se manifestarán en las calles provienen de diversos sectores sociales y no necesariamente están enmarcados en rígidos esquemas ideológicos. Miles tienen algún familiar o amigo en el paro (¿quién no lo tiene?), padece la subida de impuestos, los drásticos recortes en áreas tan sensibles como la educación o la sanidad, ha tenido que cerrar su negocio o pequeña empresa, o directamente no puede abrirla por la falta de ayudas públicas.